Todos tenemos necesidades,
tanto físicas como emocionales, que necesitamos satisfacer constantemente. Ya
sean comida, amor o significado de la vida, las necesidades deben ser repuestas
de manera regular.
La mayoría de nosotros vive con un temor constante a que el
objeto que actualmente satisface nuestras necesidades desaparezca algún día. De
esta manera, nos aferramos al objeto que satisface esa necesidad. Intentamos hacer que el amado nos ame, que nos
necesiten en el trabajo. Nos aferramos a las personas y a las cosas que nos
hacen sentir importante y valiosos y no las soltamos.
Esto nos hace esclavos de aquellas personas y aquellos objetos. Cuando
nuestro único conducto para sentirnos valorados es nuestra apariencia o nuestro
dinero, entonces seremos esclavos de nuestra apariencia y a nuestro dinero,
crueles amos.
Si sentimos que nuestro amado es la única persona en el planeta
que nos puede hacer sentir de esta manera, nos aferramos a ellos y los
asfixiamos con nuestras exigencias y nuestro afecto, esposándonos porque no le
vemos el sentido a vivir sin ellos.
Muchas de nuestras vidas están controladas por un sentido de
escasez. Confundimos a los objetos que satisfacen nuestras necesidades con las
necesidades mismas.
No necesitás un amado, sino ser amado. No necesitás un trabajo, sino sentirte
seguro. No necesitas ser interesante
o popular, sino sentirte apreciado.
Te necesitás a vos.
En un mundo infinito, las necesidades pueden ser satisfechas de
una cantidad infinita de maneras. Todo lo que necesitás es capacidad y confianza
en tu habilidad para satisfacer tus propias necesidades.
Nuestra psiquis tiene una manera interminable de conspirar para
lograr que satisfagamos nuestras necesidades con los recursos que tenemos. Pero
solo si se lo permitís.